jueves, 4 de agosto de 2011

Crónica de un simulacro de rescate subterráneo

Tracción, stop, tracción, no escucho... calléense, ya llega la camilla, jala... una vez más... por fin salio.

Exploración de cavernas, la última frontera terrestre, es así como mucha gente la determina y poca la disfruta, es una de las experiencias más enriquecedoras, sin embargo no deja de tener su parte interesante y por ende excitante, pero sobre todo... qué hacer si ocurre un accidente. Si uno de nuestro colegas se pierde por una laberíntica gruta por días o simplemente sufre de deshidratación o hipotermia, entonces nos preguntamos... ¿qué diablos voy a hacer?, ¿a quien acudir? y eso si llegase a ocurrir en un sitio relativamente accesible y predominantemente vertical. Pero que hacer si el caso ocurriera después de varios tiros y estas a menos 100 o 200 metros bajo tierra,entonces miras a tu coordada y se dicen ¿cómo lo vamos a sacar?
Afortunadamente existen diferentes grupos que pueden auxiliar en estas circunstancias, encabezados o reunidos gran parte de ellos en Espeleo Rescate México, los cuales en el fin de semana de 18 y 19 de junio, llevaron a cabo un simulacro de rescate en las GRUTAS DE LOS HERRERA, en San Joaquín Querétaro.

El Grupo Espeleólogico Universitario (GEU) de la UNAM, se presento a la invitación con 14 integrantes, de 61 que participaron, entre los que se encontraban gente con gran experiencia (Lencho, Ivan González , Alma, Ramses y Arturo), otros con poca experiencia en rescates subterráneos como: Erandi, Darío, Maru, Gabriel, Hugo y Hernesto; y algunos con cualidades particulares, como el paramedico David, y los fotógrafos Dante y Amílcar.

El simulacro fue una experiencia nueva y enriquecedora desde cualquier ángulo, ya que los diferentes integrantes del grupo estuvimos a lo largo del trayecto participando de forma activa durante más de 12 horas, extrayendo una camilla desde 170 m de profundidad, a través de pasajes verticales desde 5 hasta 20 m, además de pasos horizontales con arrastraderas y otro tipo de pasos estrechos.

Además de los anterior, tener que aguantar fríos, hambre y sobre todo la incertidumbre de donde se encontrara la camilla, en qué punto, en qué sección... cuánto falta para que llegue a tu punto de traslado, sí tendrán problemas los equipos posteriores en el traslado y sobre todo no poderse mover de tu sección de espera... viendo y sintiendo como pasa el tiempo de lo más lento, cuentas las gotas que se filtran por el techo, observas las arañas como en su quietud cazan los diferentes dípteros que entraron atraídos por la luz de la lampara y después de eso... seguir esperando.

Finalmente, por la información de algún miembro, que la camilla esta en camino y ya falta poco , entonces tienes que entrar en calor, sobre todo que nos encontramos en una gatera, no podemos estar en pie, aunado a esto estamos metidos en una charca y por ende el frío esta calando... pero ya llego la camilla ahora a portear, es decir pasar de mano en mano al "herido", evitando que se moje, se golpee y sobre todo que salga lo más rápido posible... pero si se llaga a detener por falta de gente en el porteo, ni modo, a arrastrarme abajo de la manilla y mojarme todo el cuerpo, pero no importa, tenemos en mente que lo vamos a hacer bien y dejarlo en la vertical , ya casi de salida.

En la cabecera del último tiro, las condiciones de los rescatistas son mejores, ya que no están mojados, sin embrago se encuentran suspendidos esperando la camilla, por otro lado ya tienen todo preparado, controlando el lugar, sin que las cuerdas se enreden, el contrapeso, la polea humana, todo listo, éste tiro (20 m) se conecta con los dos anteriores, de tal forma que la camilla al pasar por el intermedio saldrá en diagonal, dentro del rescate de cuevas se puede decir que es la mejor parte (visualmente), por ende es la de mayor coordinación y sólo se escucha...

tracción, stop, tracción, suelten... ya esta sobre la diagonal..., mentira, si se suelta se golpea con la pared, tracción, stop... liberen.

quince minutos después ha salido por fin la camilla, sólo falta trasladarla por la parte horizontal hasta la salida, sin embargo la estreches de la cueva no lo hace tan sencillo, de hecho esta parte es turística, y encontramos escaleras dificultando el traslado, afortunadamente todo salio bien y nuestra herida salió ilesa.

Como conclusión, podemos decir que fue una buena experiencia, didáctica y divertida, viendo viejos colegas y conociendo nuevos, y sobre todo después de 12 horas todo marcha bien en el grupo de rescate.

Pero ahora quiero explorar más cuevas y a pesar de existir Espeleo Rescate México, no dejaremos de tener el sumo cuidado en nuestra actividad tan fascinante como la ESPELEOLOGÍA

Saludos a la banda y nos veremos en otra cueva.

Agradecimiento a Erandi y Ernesto Martínez por las fotos

1 comentario:

  1. Muy bien Arthur, es una crónica ilustrativa. Felicidades por haberla hecho y por compartirla así.

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