viernes, 16 de abril de 2010

Un cuento


Lucy y el Monstruo
(Ricardo Bernal)

Querido Monstruo:
Ya no tengo miedo, mi papi dice que no existes y que tampoco puedes llamar a tus amigos porque ellos tampoco existen, cuando sea de noche voy a cerrar los ojos antes de apagar la luz del buró y voy a abrazar bien fuerte a mi osito Gonzo, para que él tampoco tenga miedo, si te oigo gruñir en el closet pensaré que estoy dormida, no quiero gritar como siempre, no quiero que mi papi se despierte y me regañe.

Ya sé que me quieres comer, pero como sé que no existes, jamás podrás hacerlo aun cuando me pase pensando que a lo mejor esta noche si sales, morado y horrible como en mis pesadillas.

Mañana cuando juegue con Hugo, voy a decir que te maté y te dejé enterrado en el jardín y que nunca más vas a salir de ahí; él se va a poner tan contento que me va a regalar su yoyo verde y me va a decir donde escondió mis lagartijas. Él siempre ha dicho que tú te las comiste, pero eso no puede ser porque mi papi dice que tú no existes y papi nunca dice mentiras.

Voy a dejar esta carta cerca del closet para que la veas, voy a pensar en cosas bonitas, como ir al mar, oh, oh, que es navidad, oh, oh que me saque un diez en aritmética.

Adiós monstruo, que bueno que no existes

Lucy
Posdata: no tengo miedo, no tengo miedo, no tengo miedo.




Mi pequeña Lucy:

Como que no existo, tu papi no sabe lo que dice acaso no me inventaste tu misma en tu cumpleaños número siete, acaso no me platicabas tu misma todas las noches y te asustabas con los extraños ruidos de mis tripas. Todas las noches te observe desde el closet y tu lo sabías, aunque nunca me viste conocías de memoria mis ojos, mi lengua, mis colmillos, pues todas, todas las noches me soñabas.

Por eso cuando leí tu carta sentí tanta desesperación que por eso destruí tus juguetes, me comí de un solo bocado a tu osito Gonzo, lo juro Lucy..... tu ya estabas muerta, tenías los ojos abiertos y cuando toque tu barriguita estaba más fría que mi mano, seguro te mató el miedo y yo no te pude comer pues no me gusta el sabor de los niños muertos. Lo único que hice fue regresar al closet y llorar de tristeza hasta quedar dormido.

Pobre Lucy, pobre Lucy y pobre monstruo solitario.

Ahora tredré que salir de aquí, alejarme de los adultos que cuidan de tu pequeño ataúd y dejar ésta carta donde puedas encontrarla.

Necesito la risa de un niño y necesito el miedo de un niño para seguir vivo.


Atte. el monstruo

Posdata: por cierto ¿dónde dices que vive tu amigo Hugo?


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El cuento fue grabado un radio-escucha de la extinta estación Rock 101, del programa "En los cuernos de la Luna", el autor del mismo es Ricardo Bernal, si alguien sabe donde fue publicado el escrito se agradecería dicha información



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